Cada niño nace inocente

Por Gabriela Ortiz-Monasterio
March 6, 2000
He notado que cada vez que hay un caso de un niño que hiere a alguien, la gente tiende a echarle toda la culpa al niño, ó a las películas ó programas de television que ven, en vez de preguntarse qué es lo que lleva a un niño a actuar de esta manera.

Estos últimos meses ha habido un escándalo en México con la cantante Gloria Trevi y su manager, quienes han sido acusados de abuso y corrupción de menores.

Ella había sido una cantante extremadamente popular, especialmente entre los adolescentes, quienes veían en su apariencia, canciones y actitudes rebeldes, todo un ejemplo de libertad digno de ser imitado. Ella siempre estaba rodeada de jovencitas, quienes eran reclutadas para cantar y bailar con ella, cuyos padres las habían dejado a vivir con Gloria y su manager Sergio Andrade.

El escándalo estalló cuando una de esas jovencitas escribió un libro denunciando el abuso y la tortura a la que habían sido sometidas ella y las demás por Sergio, quien las mantenía practicamente como prisioneras.

Otras de las victimas han empezado a hablar, después de esta acusación confirmando el abuso y la pesadilla a la que fueron sometidas. Lo peor de todo, es que muchos de estos padres, dejaron a sus hijas de tan solo doce ó catorce años, a vivir con Gloria y Sergio, sin siquiera detenerse a pensar qué clase de gente eran, deseosos de que se volvieran famosas, ó quizas, para librarse de ellas.

Una vez estallado el escándalo, los medios de comunicación, especialmente la televisión, simplemente quieren crucificarlos sin preguntarse cómo es que pudo ocurrir algo así; qué clase de padres dejan a sus hijas así nada más con perfectos extraños; cómo es que Gloria pudo vivir por tantos años con él, ayudándolo inclusive a atraer a tantas jovencitas a sus redes, para que fueran torturadas por Sergio; qué clase de niñéz tuvieron tanto Sergio como Gloria, para volverse tan enfermos, porque no hay forma de que Gloria pudiera haber soportado esta clase de abuso e inflingirlo a su vez, a menos de que ella misma lo hubiera padecido en su propia infancia. Tampoco Sergio podía haberse convertido en un torturador de menores de la peor clase, a menos de que él mismo hubiera sido maltratado y torturado en su niñez.

La violencia social se está esparciendo en México como un cáncer, especialmente en la ciudad de México, en donde hay toda clase de pandillas y mafia organizada. Pandillas que roban a recién nacidos y niños, para vender sus órganos, venderlos para ser adoptados en otros países, ó venderlos para prostitución. Miles de niños han sido robados en los últimos diez años.

También hay bandas que se dedican al secuestro, que se ha convertido en una de las actividades más florecientes y lucrativas. Hace tan sólo unos días, que fué liberado un primo mío, después de haber estado secuestrado durante un mes, con la terrible angustia, especialmente para sus padres y joven esposa, de no saber si estaba bien, temiendo que los secuestradores pudieran lastimarlo ó mutilarle un dedo u oreja, como han empezado a hacer ultimamente.

Lo peor de todo, es que actuan casi con total impunidad pues muchas veces se trata de los mismos policías quienes se dedican a estas ilícitas actividades, siendo verdaderos criminales con "permiso" para matar.

Siempre que pasa algo así, mucha gente pide a gritos que se establezca la pena de muerte en México y nadie se pregunta qué clase de sociedad enferma puede producir semejantes monstruos. He escuchado a algunas personas decir: "pobre mujer, le tocó mal hijo"...como si se tratara de una lotería en la que si tienes suerte, te puede tocar un futuro Premio Novel de la Paz, pero si no, un asesino en serie.

Esto es simplemente imposible: los criminales no nacen, sino que surgen de padres que los maltratan ó los abandonan.

Todos los seres humanos nacen como bebés maravillosos, con un gran potencial para amar. Inclusive Hitler, Sadam Hussein y Homeini, fueron así alguna vez, hasta que sus corazones les fueran asesinados precisamente por las personas que debieran haberlos amado y protegido más que nadie en el mundo: Sus propios padres.

Yo le escribí acerca de ésto a tres diferentes personas bien conocidas de la televisión mexicana, que parecen tener mucha conciencia acerca de ésto y una gran sensibilidad. Cuestioné el papel de los medios de comunicación al hablar del abuso infantil y de la prohibición silenciosa de cuestionar nuestra propia niñez.

Ninguno de ellos contestó nunca mis emails. Supongo que no se atrevían a cuestionar tampoco su propia niñez, como si estuvieran asustados por la posibilidad de tener que cuestionar el amor de los padres ...y quizas en el fondo, muy en el fondo asustado de tener que cuestionar el amor de sus propios padres.


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